Desde hace más de 15 años, viví atrapado en un ciclo de dolor y limitaciones que me llenaba de frustración y desesperanza. Cada día era una batalla, un recordatorio constante de cómo una hernia gigante había moldeado mi vida, robándome momentos significativos y la alegría de realizar actividades simples. Mi hernia no solo era un problema físico; se convirtió en un peso emocional que me aisló de mis seres queridos y de mis pasiones.
Sin embargo, en medio de la oscuridad, comenzó a brillar una luz: la posibilidad de un nuevo comienzo. Fue entonces cuando decidí buscar ayuda, sin saber que este viaje me llevaría a encontrar al Dr. Héctor Valenzuela, un cirujano experto que se convertiría en el faro de esperanza en mi tormenta. Mi historia no es solo un relato de sufrimiento, sino un testimonio de resiliencia, esperanza y el poder transformador de la medicina moderna. A continuación, comparto mi experiencia y cómo, finalmente, pude romper las cadenas que me mantenían cautivo.